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BACHELORETTE – Björk


Del álbum Homogenic (One Little Indian, 1997)

Después de más de dos meses de sequía, trabajando en otros blogs y plataformas online educativas, vuelvo a publicar. Pero lo hago inspirado por ese trabajo que estoy desarrollando, principalmente para mis alumnos y alumnas de secundaria. Y es que entre las audiciones de 1º de ESO he incluido esta fabulosa canción de la islandesa Björk. Debo decir que este curso no utilizo libro de texto con ellos, decepcionado por la oferta que las editoriales me ofrecieron el curso pasado, y estoy trabajando con mi propia plataforma Moodle. Para mi sorpresa, las audiciones que he planteado hasta el momento han funcionado de maravilla. Lo normal habría sido tener que valorar las que van mejor o peor y cambiar algunas, pero las que he usado hasta el momento van estupendamente.

En el caso concreto de Björk, y teniendo en cuenta que son chicos y chicas que nacieron dos años después de la publicación de este tema, el atractivo procede también de la imagen que acompaña: el fabuloso videoclip que ideó Michel Gondry. En este caso, mis alumnos deben seguir con atención la historia, tratar de comprender qué sucede en el vídeo, qué historia nos cuenta, y buscar la metáfora que encierra dicha historia. Este último momento es el más interesante, porque da lugar a que algunos superen las espectativas que uno pone en la actividad.

Se trata de una actividad muy visual, en la que la música juega un papel secundario. Sin embargo, me parece una forma excelente de que esta música forme parte de su catálogo musical, en general todavía escaso y basado en lo que en su entorno más cercano pueda escucharse (padres, tíos, algunos amigos mayores) o la música para niños o adolescentes. ¿Significa eso que me parece secundaria la música de este videoclip? Evidentemente que no. Es un recurso, como otro cualquiera, para formar oyentes futuros con oídos abiertos a cualquier experiencia. Tened en cuenta que antes habían escuchado (en clase, me refiero) un repertorio tan heterogéneo como la Toccata en Re de Bach, 4’33» de Cage, Primer movimiento de la 5ª sinfonía de Beethoven, Un americano en París de Gershwin, Ionisation de Varese, el final de Obertura 1812 de Chaikovski y dos fragmentos de Bailar en la oscuridad de Björk. Este trabajo profundiza en la música de la cantante.

Luego volveremos al ejercicio del videoclip. Ahora hablaremos un poco de la música.

Bachelorette forma parte de una trilogía que comenzó con «Human behaviour» (de su primer álbum en solitario, «Debut») y siguió con «Isobel» (del siguiente, «Post»). En esta ocasión, Isobel viaja a la ciudad con un libro en blanco que encontró en el bosque, y que para su sorpresa se autoescribe con lo que le va sucediendo. Una idea tan surrealista como tantas otras maravillosas letras de Björk. Hay que decir que el autor de la letra es el poeta islandés Sjón, que ya había escrito la letra de Isobel. Además, esa introducción hablada del videoclip y las escenas que vemos no encuentran una relación directa con la poesía cantanda, que parece hablar de otra cosa. El propio nombre de la canción, «Soltera», da pocas pistas. Aún así, siempre agradezco que la poesía vuelva al lugar de donde nunca debió partir: la música.

Desde que escuché esta canción, allá por la fecha de edición del CD, fue una de mis favoritas del disco, junto con «Joga». El ambiente de sinfonismo es muy de mi agrado, con una percusión electrónica que en general se limita a acompañar sin estridencias, destacando tan solo en las partes más suaves. La repetitiva melodía del principio evoluciona gracias al movimiento armónico de la cuerda, alcanzando una sección de dinámica más suave en la que una instrumentación más sutil permite un emocionante crescendo para regresar a la parte anterior. Parece ser que el final en diminuendo con un acordeón era bastante más extenso, pero que mentes comerciales pegaron el correspondiente corte musical. Una lástima, la idea que se deja entrever promete.

Pero regresemos a la actividad del videoclip. La wikipedia nos ofrece esta sinopsis de la historia:

«Isobel encuentra un libro en blanco en su jardín y decide viajar a la ciudad cansada del campo. Entonces descubre que según lo que va haciendo, el libro se va escribiendo sólo y al acabarlo, bajo el título de «My Story» lo presenta a una editorial y se enamora del editor. El libro resulta ser todo un éxito y al ser presentado en un teatro, la copia original comienza a borrarse ella sola y a reescribirse. Cansados de tener tantos personajes diferentes, el libro pierde todo su éxito y entonces Isobel decide devolverlo a donde lo encontró.»

Desconozco si el autor de esta sinopsis estaba bien informado o no, pero yo no lo entiendo así. Para mi es mucho más acertado el comentario de Hernán Ferreirós en este artículo:

«Gondry, como un director enfrascado en las paradojas de las estructuras recursivas, hace que sus clips se plieguen sobre sí mismos y se conviertan en reflexiones sobre el medio. Ésa es la intención que expresa claramente el video de Bachelorette de Björk, en el que vemos al público mirar una obra de teatro que muestra al público mirando una obra de teatro que muestra al público…».

Y, como comentaba yo al principio, esto encierra una metáfora, o podríamos entenderlo como una metáfora (que viene siendo lo mismo). La que más me gusta es la metáfora del éxito, de la fama que se obtiene con facilidad (me encuentro un libro que se escribe sólo) que termina en un círculo cada vez más viciado (el ambiente de los sucesivos escenarios se vuelve más oscuro y lúgubre cada vez) y termina por devolvernos al lugar de donde vinimos (Isobel termina en el bosque de nuevo).

Es una interpretación de la muchas que podemos hacer, pero que a mi me vale y es estupenda para trabajar en clase. Lo sorprendente, como os contaba al principio de esta entrada, es cuando un alumno o alumna de 12 años te sugiere una intepretación igualmente válida y que va, incluso, más allá de lo que probablemente Gondry habría pensado. Esa es una de las grandes ventajas del surrealismo. Me encantó la de un niño que pensó en cómo los árboles van apareciendo en el videoclip, hasta llenarlo todo. Todos aquellos libros que se habían publicado estaban hechos de papel, y el papel sale de los árboles. De este modo, sería la venganza de naturaleza por la destrucción que sufre de manos humanas. ¿A que es una interpretación bonita e imaginativa? Disfrutad, por fin, de esta «venganza».

Muy interesante lo que hace en un escenario esta mujer. Es impresionante el esfuerzo por reproducir lo que se escucha en el disco, currado hasta el mínimo detalle. Salvando las desafinaciones de la cuerda más o menos lógicas en estos ambientes, el resultado me parece muy potente para un escenario. Esto pertenece a un concierto en Cambridge en 1998. Precioso y oscuro escenario.

15 diciembre 2011 at 6:04 pm 6 comentarios

ABBESSES – Birdy Nam Nam


Del álbum Birdy Nam Nam (UWe, 2005)

Estos cuatro DJs franceses multi-premiados tanto individual como colectivamente me sedujeron con esta pieza instrumental cuando me informaba sobre las técnicas de turntablism. Sin embargo, no voy a incidir en esta forma de producción musical, que por otra parte queda muy destacada en los vídeos que adjunto (en el directo, hasta se produce una presentación de cada DJ y lo que está haciendo en su plato). Quiero centrar mi comentario en una crítica a los géneros de música electrónica actuales.

Este cuarteto se situa en la actualidad dentro de la corriente denominada electro. Bueno, otro nombre más que aprendernos. Y la lista dentro de la electrónica se hace interminable. Según dicen algunos entendidos, el electro viene de la música funk y disco, mezclada con el tecno de Kraftwerk y fusionado con el hip-hop, para cuajar en el 82 en un disco mítico: el «Planet Rock» de Africa Bambaataa (prometido futuro post). Su sonido más característico proviene de la Roland TR-808, una caja de ritmos muy popular en los 80. Sin embargo, al escuchar este tema es difícil relacionarlo con estas influencias, aunque si nos vamos a su último disco sí podemos apreciar la influencia Kraftwerk. De hecho, casi podemos escuchar (con otra forma de producción sonora) el «Human after all» de Daft Punk.

Este es otro rollo y, lo que suena, más orgánico que todo esto. Pero resulta que Birdy Nam Nam son DJs, de los que pinchan discos, ¡y de vinilo! La TR-808 no se escucha, desde luego, en este tema, aunque sí hay realizaciones electrónicas ausentes de los vinilos. En definitiva, lo que quiero hacer notar es que en música, y especialmente en la electrónica, somos rápidos categorizando, encasillando grupos y artistas en este o aquel estilo, aún cuando la realidad es que todos tienen grandes puntos en común, así como importantes variantes personales.

¿Qué generos se dan cita en el «Abbesses» de Birdy Nam Nam? Por una parte, la interpretación turntablism nos aproxima inexorablemente al hip-hop, ya que esta técnica produce un «recorta, pinta y colorea» muy presente. Como en el caso del rap, aquí se utilizan también samplers, cajas de ritmos o sintetizadores, aunque en estos últimos su trabajo es más el de un acompañamiento sonoro a la parte vocal. Una cuestión muy importante es que este grupo decide realizar música instrumental pura. Esto les confiere, por así decir, un punto aristocrático: la música instrumental exige más del oyente que la vocal, que tiene una letra y podemos apoyarnos mejor en cuestiones extramusicales. Por otra parte, mucha de la música electrónica producida en la última década es instrumental (o las voces que aparecen son utilizadas como instrumentos), sobre todo la pensada para las pistas de baile, que a menudo consiste en la repetición de fórmulas sencillas con pocos instrumentos que posteriormente se mezclarán en directo. En este caso la mezcla ya se está realizando, no hay un después, y por tanto no podemos dejar cuestiones formales para una sesión en un club. Escuchamos melodía (guitarra), bajo, acompañamiento (un acordeón) e incluso contrapuntos con cuerdas, junto con las inevitables baterías y sintes de fondo.

Por algún sitio leo que «comenzaron con una fusión de jazz y electrónica un tanto especial». Bien, me parece que en electrónica cuando la cosa se pone muy «acústica» se habla inmediatamente de mezcla con jazz. Para mi, absolutamente incierto. La melodía principal, en todo caso, tendría una tendencia pop, tanto en su construcción como en la secuencia de acordes (no así en su forma), pero ¿jazz?. Definitivamente no lo veo. Por otro blog leo «sampleando bajos jazzeros, rhodes, trompetas, pianos y demás instrumentos para crear ambientes jazzy-fiesteros y oscuros». De acuerdo, los bajos sí pueden ser de origen «jazzero», lo de oscuro también lo veo, aunque más próximo al sonido de la banda sonora de Amelie que de un ambiente «jazzy-fiestero». Es más, en la versión en directo se aprecia una cierta descontextualización: en un teatro petado de gente con su bebida y lo demás que lleve cada cual, entre un griterío impresionante, aparece este tema que nunca termina de (utilizando terminología electrónica) «romper», y la cosas se va como adormeciendo, por muchas presentaciones espectaculares que traten de hacer. En ese sentido, más cercanos a un trip-hop instrumental. Supongo que ese sería uno de los motivos que los llevaría definitivamente al «electro», estilo mucho más cañero.

Antes de entrar en mi último alegato, un último aporte: como ya preveía, aparecen en algún lado con la etiqueta IDM (Inteligent Dance Music). Considero que esta es una de las categorías más pretenciosas, comerciales e inútiles que existen. Para empezar, los que quedan de su lado son los inteligentes; los demás debemos suponer que son estúpidos o algo así. Además, su utilidad sigue siendo la del baile, algo que, por cierto, no siempre responde a la realidad en los artistas del IDM. Por último, también hace que el oyente se encuentre en otro status (el de los inteligentes) y genera un mayor número de ventas a gente que quiere ser, dentro de un evidente snobismo, inteligente. Al final, los grupos y músicos que reune el «género» tienen escasas similitudes, o bien las que tienen no quedan reflejadas en esta categoría, que en un momento dado podría significar que es música inteligente (¿y eso qué significa?). Queda dicho.

En resumen, está claro que Birdy Nam Nam en «Abbesses» parten del hip-hop (son DJs), que construyen un tema instrumental cercano al pop y a sonidos suaves como los del trip-hop y esto me lleva a una de las influencias que con más claridad aprecio (intencionada o inintencionadamente). Se trata de la música minimalista americana de los 80, que tanto ha interesado últimamente a músicos populares (como Sufjan Stevens, sin ir más lejos). Artistas de la talla de Philip Glass se han acercado tanto al pop que no existen diferencias entre la secuencia de acordes que aquí aparece y una cualquiera de sus bandas sonoras. Y, como aquí, se produce la reiteración hipnótica de unas fórmulas que van creciendo lentamente hasta configurar un «continuum» sonoro del que no podemos escapar. Destaco sobre todo la aparición, a mitad del tema, de la cuerda, que perfectamente podría estar tomada del «Diferent trains» de Steve Reich (¿no lo está?).

No soy un experto en música electrónica popular. Simplemente pretendía incidir (con una pieza que me gusta, por cierto) en lo absurdo que resulta a menudo tratar de encasillar la música. Queda a vuestro criterio que os hayan servido de algo mis afirmaciones, aunque lo idóneo sería poder leer vuestros comentarios al respecto. Así aprendemos todos XD.

[Youtube = http://www.youtube.com/watch?v=qMYMC6atRoE%5D

Interesantísima la versión de directo:

[Youtube = http://www.youtube.com/watch?v=OaXbHOUrHFA%5D

5 julio 2009 at 9:03 am 2 comentarios


AUDICIONES


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