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HALFWAY HOME – Morgan Van Dam


Música del anuncio «White and orange lights» de Ford Focus Sound (2009)

La que os traigo hoy al blog es una música que, de alguna manera, responde a una concepción no romántica del mundo. Es interesante cómo nos hemos llevado todo el siglo XX queriendo librarnos de las ataduras del artista romántico sin lograrlo. Al menos sin lograrlo en un sentido amplio: individualismo en los creadores, concepto elevado del arte, dirigido a un público burgués… Esta ha sido la tónica.

Todos conocemos los intentos de numerosos artistas por escapar del influjo romántico. En lo musical empieza con el impresionismo y el dodecafonismo, líneas musicales fuertemente ancladas en la tradición anterior (por su proximidad). Ya en la segunda mitad del siglo XX, ideas como el anti-arte posicionan al artista en las antípodas estilísticas del arte romántico. Estilísticas, que no conceptuales, ya que seguimos hablando (por lo general) de artistas enaltecidos por su obra y de creaciones dirigidas a un público que espera con avidez el comentario del crítico de turno. Paradójicas son las ventas millonarias de la lata de «mierda de artista» de Piero Manzoni o los aplausos que reciben obras dadaistas o conceptuales de un público snob que sabe muy bien lo que aplaude pero que lo raro le parece siempre bien. Y lo dice un verdadero amante de la música del siglo XX.

Un simple anuncio de coche es capaz de hacer todo esto con una naturalidad que jamás hubieran imaginado aquellos artistas de vanguardia. La concepción no romántica de la música que nos presenta vendría determinada por los siguientes elementos:

1º En su concepción estética han influido cuestiones relacionadas con la venta de un producto, en especial el público al que va dirigido el producto; el auditorio potencial será el de todos aquellos que puedan ver el anuncio por la tele, es decir, cualquiera hoy en día, si bien debería estimular en concreto a un sector de este público susceptible de comprarlo. Es música publicitaria que en este sentido dista poco, al fin y al cabo, de la que ya se había hecho antes.

2º Los burgueses del XIX estaban ávidos de conciertos públicos y reuniones sociales en que demostrar un estatus social elevado. El siglo XXI nos trae una nueva forma de entender la relación música-público. Ahora es la propia música la que busca su público, que se encuentra con ella en mil y un formatos diferentes. Obras como 4’33» buscaban sintonizar arte y vida, introduciendo de alguna forma la vida en el arte. Hoy en día es la música (el arte) la que se ha introducido en nuestra vida cotidiana, en un principio a través de la radio o la televisión, más adelante gracias a los móviles, los mp3 o la música del supermercado, por poner algunos ejemplos.

3º Esto también se venía haciendo anteriormente. Sin embargo, todo autor, sea de la melodía de apertura de una serie de televisión o de un tono de móvil, ha pretendido conservar sus derechos de autor, concepción también decimonónica, por cierto. Tan sólo las recientes corrientes de copyleft, iniciadas por el desarrollo de software libre allá por los 80, han abierto las puertas a una auténtica revolución del concepto de autoría. Este caso es particularmente interesante, puesto que la música ha sido realidad por una empresa, la productora Morgan Van Dam: es, por tanto, una obra colectiva en que el individualismo del artista queda mitigado.

4º Pese a todos los condicionantes anteriores, en su composición se ha cuidado al extremo la calidad estética. No se han limitado a procurar un buen resultado publicitario, sino que verdaderamente se ha creado un tema de tipo indie o dance-punk que podría pertenecer a cualquiera de los grupos del mercado. Según topmusicablog.com, «Suena como a una fusión de beats de varias canciones de Razorlight, The Feeling y Phoenix mezclado con el In My Arms de Kylie Minogue».

5º Estas músicas escapan de los análisis «serios» realizados por revistas especializadas (es paradójico que lo diga mientras analizo el tema Xd). Los oyentes burgueses esperamos dar una opinión de calidad, para lo cual a menudo recurrimos al crítico de turno que nos diga qué tal suena esto o aquellos. Pero el crítico no se detiene a analizar la música de un anuncio: esta cumple su función y punto.

6º Por último, pero no menos importante, el formato discográfico desaparece en favor de las nuevas fórmulas de distribución musical. En principio sólo parece posible disponer del tema a través de la red, gracias al omnipresente Youtube y formatos similares. La idea de una colección de canciones se ve sustituida por la inmediatez de la canción suelta.

Cuando nos encontramos con estas músicas que se alejan de los patrones decimonónicos con los que valoramos el arte, solemos caer en prejuicios que nos impiden apreciar con justicia lo que nos ofrecen. Es necesario aplicar otros criterios para valorarla adecuadamente. «Halfway home» no es una de las mejores canciones de la década, ni a buen seguro resistirá el paso del tiempo. Sin embargo, hoy por hoy nos permite plantearnos lo que puede llegar a ser la música si somos capaces de enfocar todas estas novedades desde un aspecto positivo.

He aquí el anuncio en el que aparece la música.

9 May 2010 at 10:48 pm 1 comentario


AUDICIONES


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Diseño: Marcos Padilla

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