Archive for julio, 2010

ISLA DE ENCANTA – Pixies


Del EP Come on pilgrim (4AD, 1987).

Según Nicholas Cook en su libro De Madonna al canto gregoriano, «podría pensarse en los anuncios de televisión como un enorme experimento en torno al significado musical». El musicólogo británico reflexiona sobre el modo que tiene de operar la música en la publicidad, como medio paradigmático de nuestra época. Gracias a la música, los anuncios consiguen enviar mensajes que llevaría mucho tiempo poner en palabras, y que aluden directamente a nuestras emociones. Sin necesidad de emplear la comunicación verbal, a través de una melodía que dure unos pocos segundos, los anunciantes consiguen transmitir sensaciones dirigidas a su público: personas de un rango de edad determinado, de una posición social, de unos intereses…

Hace poco, con motivo del mundial de futbol que (por si no os habéis enterado todavía) se celebra en Sudáfrica, empezamos a ver este anuncio en las pantallas españolas:

En él no hay mensajes verbales hasta el final: no es necesario. La música invita a un público que debe rondar mi edad y posición a prestar atención. Ya de camino se apuntan gentes más jóvenes que no conocieron a los Pixies, pero que sí que disfrutaron con (por ejemplo) Nirvana o Interpol, por citar dos de los grupos que han reconocido su influencia. Y, cuando nos fijamos en las imágenes que acompañan, el personaje también tiene esa edad indefinida que se sitúa en la treintena y que hoy día nos empeñamos en considerar joven (eso sí, lo vemos más joven cuando adelgaza), así que se confirma visualmente lo que nos transmite mediante el sonido. Las imágenes expresan la fantasía de un vídeo musical; un hombre que corre desde su hogar hasta Sudáfrica sin detenerse y que finalmente marca el mismo gol que había celebrado en casa. Una historia absurda, como la de tantos videoclips, pero cuya fantasía te atrapa durante su breve minuto de duración.

Además del proceso de comunicación, los anuncios activan procesos mentales en cada uno de nosotros muy convenientes para el capitalismo actual. Músicas que habíamos olvidado cobran una renovada existencia en los spots televisivos. Nuestra memoria nos transporta inconscientemente a un tiempo pasado en el que teníamos menos responsabilidades y disfrutábamos más intensamente de la vida. O esa es la transformación que los recuerdos tienen en nuestra mente: teníamos muchas preocupaciones (estudios, amores, familia…) y aquel disfrute intenso a menudo consistía en horas sentados en un banco de un parque con una litrona. Suerte que nos quedamos con la idea de «cualquier tiempo pasado fue mejor»y las músicas de entonces nos hacen saltar hoy de alegría.

«Isla de Encanta», en mi recuerdo, está íntimamente ligado al programa de radio homónimo locutado por Carolina León, cantante de mi grupo «Death Valley 69», del que ya hablé en el post correspondiente. Tiempos de local de ensayo, de placita de Sánchez Arjona, de radio hasta las tantas… Y en la banda sonora de aquella época estaban (no los primeros, pero estaban) los Pixies y su poderoso sonido.

Dentro de la afirmación de Cook existe una segunda lectura. Él nos habla en su libro de esa relación significante-significado de la música en los anuncios, que ya hemos visto antes. En este caso, sin embargo, hay una cuestión que no debe escapársenos: la idea que subyace en la canción de Pixies y lo que nos transmite el anuncio. El ultracapitalismo de tarjetas de crédito y la «Isla de Encanta» de la que nos habla la canción. Visto desde la obviedad, esta isla nada tiene que ver con el consumo; parece ser que resume, en un español absurdo, sus experiencias en Puerto Rico. Black Francis vivió en esta isla la experiencia de un mundo feliz en la más absoluta pobreza.

Es irónico, por tanto, el uso de los Pixies para este anuncio. Y más aún si pensamos que las guitarras potentes y el ritmo frenético herederos del post-punk, así como la voz de Francis, cuya forma de cantar preconiza el grunge de Seatle, estaban en las antípodas emocionales de una tarjeta de crédito. Algo ha pasado para que la idea de mundo ideal de entonces haya devenido en la posibilidad de que, en cualquier país, puedas comprar lo que quieras con cargo a tu cuenta corriente. Quedémonos con la música, que por ahora no requiere el uso de tarjetas de crédito.

3 julio 2010 at 9:17 am 3 comentarios


AUDICIONES


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