UNTITLED #220 – Francisco López

4 noviembre 2012 at 12:39 pm 2 comentarios


Del álbum Untitled (Baskaru, 2009). Grabado entre 1996 y 2009 en San Jose (Costa Rica), Colonia (Alemania), Montreal (Canadá), Lake Mamori (Brasil), Riga (Latvia), Namtib y Cape Cross (Namibia), y Calakmul (México).

Precisamente ayer hablábamos en Estudios Sputnik de los nuevos medios de difusión musical, del abandono del formato físico y de como el streaming ha invadido la industria de la música. Desde Spotify hasta Youtube pasando por cualquiera de las redes sociales, el streaming es la forma más habitual de escuchar música en la red. Esto nos permite descubrir (si lo deseamos) nuevos estilos y géneros que tal vez, de no existir internet, no conoceríamos. Sin embargo, seamos sinceros: es la peor de las escuchas que podemos realizar, al menos de momento. A menudo nos estamos perdiendo gran parte de la riqueza musical de un artista por culpa de la mala calidad de los vídeos o reproducciones, obligadas a respetar el ancho de banda convencional.

Pero hay ocasiones en las que ningún sistema de reproducción de grabaciones sonoras nos acercará a la verdadera dimensión de un artista. Tan sólo la experiencia del directo nos permitirá darnos cuenta de todos matices que encierra. Esto es así, a mi juicio, en gran parte de la música de vanguardia, especialmente de la electrónica. Los equipos domésticos no son capaces de reproducir unas músicas que experimentan con los límites de la audición humana, tanto en frecuencias como en dinámicas o timbres. Es el caso de Francisco López.

Y sí, nos hemos acostumbrado al rinconcito del ordenador, o al portátil tirados en el sofá, o al reproductor de mp3 cuando voy por la calle. La pereza, la economía, la indecisión, el frío, el calor, … todos encontramos mil excusas para no acercarnos a los artistas en su terreno. Se me pide desde Blogueros de Sevilla, y lo hago gustoso por la implicación que tiene para el mundo musical que me rodea, que os informe sobre la nueva aplicación que el ICAS lanza para plataformas con sistemas operativos iOS y Android, con la agenda cultural de los espacios que gestiona y con las opciones habituales en una red social (favoritos, votos, eventos destacados, suscripción, geolocalización y realidad aumentada, etc). Que entre nuestras excusas no esté, al menos, la desinformación de la que se quejaba Guillermo McGill hace tan sólo unos días.

    

Esta APP se centra en los espacios del ICAS: Teatro Lope de Vega, Teatro Alameda, Espacio Santa Clara, Centro de las Artes de Sevilla, Casino de la Exposición, Antiquarium, Archivo, Hemeroteca y Publicaciones o la Red Municipal de Bibliotecas. Pero no se limita a estos espacios, sino que tenemos más o menos disponible la oferta cultural de la ciudad. Le estoy echando un vistazo y me salen, por ejemplo, La Fundición, La Caja Negra, el Hospital de los Venerables o el Pabellón de la Navegación. Y lo más importante: está disponible gratuitamente en la Apple Store o en la Play Store de Google.

Así que seamos sinceros. En muchas ocasiones no hemos ido ni iremos a tal o cual concierto porque no nos ha dado la gana. Yo el primero, claro. Pero cuando pienso la cantidad de magnificos conciertos que hemos disfrutado tan sólo unos pocos espectadores y, lo que es más grande, GRATIS, me parece mentira. Que es básicamente lo que me pasó en 2005, cuando vi en directo a Francisco López en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, concretamente en la iglesia del Monasterio de la Cartuja, sede del CAAS. Entonces no había APPs que nos informaran de lugar, hora, artista, etc. Supongo que lo vería en el Giraldillo o lo escucharía en mi queridísimo Ars Sonora que por entonces presentaba en Radio Clásica José Iges. Y debo decir que sentir la música del señor López en directo me marcó profundamente.

Este intérprete-compositor está más reconocido internacionalmente que en casa. Sus colaboraciones a lo largo del mundo le han dado un nombrecito, si bien tampoco estamos hablando de una personalidad en el mundo de la música. Creo que en ello influye el género que ha elegido, el paisaje sonoro realizado con materiales grabados y sin tratamiento informático. El arte sonoro en general no tiene una aceptación masiva, ya que requiere más atención de la que estamos dispuestos a prestarle a los sonidos. Termina pareciendo un ruido constante que nos resulta indiferente. Y cuando la experimentación está llevada a los límites de lo audible, como sucede en este caso, puede ser que hasta nos moleste.

¿Cómo logra López centrar a su audiencia? Con las luces apagadas, las sillas giradas en dirección contraria a sus aparatos variados, su presencia oculta por unas telas y repartiendo vendas que nos tapen los ojos. Ver a un tipo manejando un portátil y algún cacharrito debe ser lo más aburrido que he visto en una sala de conciertos, y en la pasada década lo he visto demasiadas veces.

Aquí nos lo cuenta el propio Francisco López:

No tengo ni idea de lo que escuché aquel viernes 27 de Mayo. El espectáculo se llamaba Belle confusion, pero sus piezas suelen recibir el abstracto título de «Untitled #n«, siendo n un número cualquiera. Al final del concierto le compré (a él mismo) un CD que no contenía la música que había interpretado, según sus propias palabras, y me fui a mi casa medio hipnotizado.

No tengo ni idea de lo que escuché, pero podría ser cualquiera de sus Untitled. Lo importante es COMO lo escuché. Al perder las referencias visuales, la audición se intensifica (Curiosidad: Jordi tiene en el estudio un antifaz para taparse los ojos cuando está mezclando y en un mastering). Esto mismo lo podría hacer en casita, con unos buenos auriculares como los que me regaló Grace en mi último cumple. Pero no, porque los potentes altavoces que orientaban el sonido en nuestras espaldas, la reverberación de la propia iglesia y la experiencia del sonido en un momento concreto hacía que aquella hora de denso ruidismo tuviese sentido. Recuerdo con especial intensidad un momento hacia el final en que el volumen crecía hasta el límite de los soportable y el amontonamiento de objetos sonoros devenía infinito. En esos instantes pude sentir físicamente el sonido. La fuerza de las ondas golpeaba mi espalda y me atravesaba en profano éxtasis.

El directo es lo que tiene, nos deja el recuerdo de lo que vivimos y ya nunca volverá a ser. No olvidemos que la música es un arte fugaz, como la vida misma.

Os dejo con su Untitled #220, tal vez el que más apropiado me ha parecido para una escucha en streaming. Este paisaje sonoro comienza con una polifonía de reconocibles sonidos mundanos para introducirse directamente en el sueño, un camino infinito que nos lleva a los oscuros paisajes de Francisco López.

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PRAETER RERUM SERIEM – Josquin Desprez FUNKY SQUAREDANCE – Phoenix

2 comentarios Add your own

  • 1. el fuego fatuo  |  4 noviembre 2012 a las 1:31 pm

    Verdad como un templo: la música en directo suena (o debería) mejor, como el cine -sobre todo el que provoca una mayor experiencia visual- se ve mejor en pantalla grande. Por ejemplo, ‘Inland empire’ de Lynch me fascinó en el Avenida 5 Cines, y luego el dvd en casa… digamos que no es lo mismo.
    Por cierto, gracias por la información sobre la app del ICAS, ¡descargada y funcionando! :)

    Responder
  • 2. Ulises  |  24 May 2014 a las 5:56 am

    Si, parece que en cualquier tipo de música o experiencia sonora, nunca será igualado el escuchar en vivo, simplemente por la experiencia humana que representa.

    Responder

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